Me llamo Dominica Fanlo Checa, y estoy muerta. En 1878, junto a mi marido Fernando Jaime Leon, monté en Belchite, La Almazara de Jaime, la mayor industria de extracción de aceite en el paraje denominado Molino de Galindo, era tan grande y nos daba tanto beneficio que mi marido me dejó crear un nuevo negocio, y en la calle mayor de Belchite me construyó una casa de cuatro plantas, con agua corriente en todas las plantas. Tenía un total de 16 habitaciones a cada cual más bonita y a todas ellas les puso un nombre que las identificaba. Teníamos 5 criadas que me llamaban señora y que corrían a resolver todos mis recados y todos mis caprichos. En la planta baja quise tener un comercio de telas y accesorios, cada mes viajaba a Sabadell y elegía entre todas las telas que me parecía. Viajaba en tren, a veces con mi marido Fernando, otras veces con alguno de mis hijos, con Luis Jaime muchas veces, y siempre con Antonia mi fiel criada, mi amiga, mi confidente.
Me gustaban las telas alegres, con vivos colores, con estampados alegres, y los comerciantes de Sabadell, lo sabían, esperaban mi visita con ilusión, sabían que siempre les compraba las mejores telas, los mejores hilos, los mejores complementos, porque yo no solo vendía las telas en Belchite. En Belchite también hacíamos los vestidos, las señoras de Belchite, e incluso algunas de Zaragoza venían a comprar a mi casa… Casa Domi, le llamaban… y ahí, en la planta baja yo era feliz, con mis telas, mis vestidos, mi agua corriente, mi baño con azulejos blancos, como había visto en las casas de lujo de Barcelona…
Hacía solo cinco años que el comercio estaba abierto, Paulina, la hermana de mi fiel Antonia se había convertido en una modista cotizada, realizaba diseños originales, algunos los hacía en la tienda, otros en su casa, donde había improvisado un taller de costura y ya daba trabajo a otras mujeres de Belchite. Belchite estaba creciendo, yo lo veía… el tren nos unía con grandes ciudades como Zaragoza y Barcelona, y cada vez venían mas familias a buscar un trabajo… y lo encontraban… el aceite daba trabajo para muchos, en el Molino de Galindo trabajaban ya 25 personas en ese año, 1937…
Sabíamos que en España había guerra, pero en Belchite aún no lo habíamos vivido directamente, la prensa llegaba regularmente al pueblo, y muchos teníamos aparatos de radio, aunque hasta ese momento la utilizábamos no para informarnos sino para entretenernos. La radio antes de 1936, se limitaba a la onda media, en Belchite escuchábamos la EAJ-1 que desde Barcelona nos fascinaba con su locutor el Sr Toreshy, quien con un muñeco ventrílocuo al que llamaba Miliu, intercalaba anuncios de dentífricos y betunes con una música de baile que nos volvía locas a todas las vecinas de Belchite. Más de una tarde acabé bailando con Antonia mientras mis dos hijos mayores nos aplaudían.
Todo esto cambió el 18 de julio de 1936, cuando algunos generales protagonizaron un golpe de estado contra el gobierno del «frente popular» recientemente elegido, y por primera vez los radioyentes extranjeros pudieron seguir el proceso de la guerra civil española a medida que ésta se desarrollaba. La mayoría de los vecinos no acabábamos de creérnoslo mucho, entre otras cosas, porque el gobierno y los insurgentes trataban de conseguir ayudas de otros países, y las ondas estaban repletas de programas en inglés, alemán, italiano y hasta en esperanto, y en Belchite en esa época no se nos daban demasiado bien los idiomas. Además de que los vecinos que viajaban venían comentando que en la radio las noticias se las inventaban y que realmente no era así lo que estaba pasando…
Pues en eso estábamos cuando el 24 de Agosto de 1937 comenzó la ofensiva Zaragozana y el ejército popular de la Republica llego a Belchite. Dicha operación pretendía cambiar el trascurso de la guerra, que hasta ese momento había sido favorable al ejército sublevado, y ahí comenzó todo. El pueblo de Belchite resistió, y resistió y resistió, hasta abril de 1939… en que todo acabó… bueno todo no.. luego vino lo peor…
Durante dos semanas, más de 6000 defensores lucharon contra un ejército muy superior de más de 24000 soldados con mucha más preparación y sobre todo con mucho mejor armamento… pero es lo que tenemos los aragones… que a cabezones no nos gana nadie.
Mi marido murió durante esas dos semanas de resistencia feroz, y yo me quedé sola, con mis hijos y con Antonia y su hermana Paulina, que todo el día estaban a mi lado.. no me dejaron sola en ningún momento… hasta que un obús cayó encima de la casa que compartían en la calle Sagasti. Ahí ya me quedé sola…
Mi casa estaba justo al lado del ayuntamiento de Belchite, por lo que después de que el ayuntamiento se destruyera, el alcalde y comandante Alfonso Trallero se instaló en mi casa… y con el, la plana mayor de ese ejército. La verdad es que en aquella época, no luchábamos por nuestras ideas, sino por donde te encontrabas… El ejercito de la República nos sitiaba, se nos cortó el agua, era difícil encontrar comida… y estábamos viendo que esto cada vez iba a ir a peor… Lo peor, la falta de suministros médicos. Las luchas en la calle dejaban muchos cadáveres y cuando el pozo del molino estuvo lleno… ya no se sabia que hacer con ellos, los heridos se amontonaban en la casa del médico, pero ya no había vendas ni material quirúrgico para taparlos, así que presté mis telas, mis telas de colores brillantes, alegres, con motivos florales, mis telas de la felicidad tapaban los muertos… los de los dos bandos…
Mi alegre tienda se llenó de enormes bultos, de fardos inamovibles, rosas, morados, rojos, amarillos, …azules… con flores, estampados, topos, líneas, cuadros en distintos tonos que provocaban una visión grotesca de la guerra, de esa guerra absurda que me había quitado a mi marido, a mi amiga, a mi confidente,…. A mis vecinos,… a tantas y tantas personas….
Trallero murió en la plaza nueva mientras manipulaba un mortero, y se llevó con el a varios más, que acabaron en mi tienda, envueltos por las alegres telas que se iban cubriendo poco a poco de sangre y estaban dejando de tener esos alegres colores para convertirse en telas pardas y malolientes.
…………….(continuará)
Fotos: Mario Alfonso y Eva Sáez
Texto: @Zenalmor
Podéis ver la segunda parte del relato es el siguiente Link:
https://urbexspain.com/2016/01/01/segun-cuentan-belchite-siempre-ha-sido-un-lugar-de-guerras/