Un fin de semana muy intenso; este palacete y el de la Viscondesa a cual más interesante.
Este fabuloso palacio repleto de detalles fotos y recuerdos de quien habito deja entrever la calidad de la vivienda y el nivel burgués de sus habitantes. Después de estar una hora disfrutando y buscado los rincones más fotogénicos, nos ocurrió una de los sucesos más perturbadores y extremos que me ha ocurrido desde que recuerdo.
Como decía estando en el éxtasis fotográfico oímos un estallido de gritos y golpes posiblemente en las puertas. Yo en eso momento dude que hacer; esconderme huir o identificarme. Al final hice lo correcto y empecé a gritar buscando la fuente de los gritos. Yo gritaba diciendo que era fotógrafo y que solo hacia fotografías.
Resulto ser la policía Portuguesa. 5 policías en plan hombres de Harrelson, armados con pistolas y gritando como posesos. Me hicieron dejar la cámara, mochila y demás y me pusieron frente a pared para cachearme, siempre encañonado. Yo gritaba repitiendo que solo hacíamos fotos pero los policías gritaban más. En este punto un Joven policía que se le veía más nervioso que los demás de soltó un bofetón que casi me tira al suelo. Yo en postura de ser cacheado contra la pared, veía a los compañeros que estaban en el suelo esposados y recibiendo alguna patada.
Poco a poco nos hicimos entender y ya estando la situación más tranquila les enseñamos las fotos de las cámaras e incluso accedimos a los blog a través de los móviles.
Después de una hora entendieron que solo hacíamos fotos del lugar y que no íbamos a robar nada. Al fin y al cabo el palacete estaba abierto.
Se ve que los vecinos avisaron a la policía y allí se presentaron. Al final de la película vino un inspector y casi nos pidieron perdón. Nos dijeron que en estos casos lo que se hace es avisar a los vecinos.
UNA MALA EXPERIENCIA pero que después del paso del tiempo compensó por haber visitado un magnifico lugar.