3 comentarios el “La pastilla de la felicidad

  1. A primeras horas de la mañana se producen los mayores conflictos en los que la pereza y la falta de destreza conllevan el amanecer y el desayuno; incluso algunos no llegan a él.
    Los mayores, los que más, incluso se permiten la osadía de esperarla en sus respectivos asientos o, si es en pie, reposando después.
    Durante una vida, sus vidas, muchos llegan con mezcolanzas varias y sin razón, sinrazón; para ello destinan su trabajo, familias donde las halle o soledad si la hubiere. Que por tenerla, esta última, es más que compañera incierta y presente para finalizar sus vidas acompañados y ausentes. Todo junto.
    En presencia de algunas circunstancias, por dolencia, por dolor, por querencia, por no desearlo, por demencia se vuelven próximas las horas y éstas se acompañan finalmente de vagos recuerdos que pareciendo valientes son, en cambio, reos de sus faltas de fuerza. Sin escapatoria no queda otra que una espera temerosa aunque sus ojos ya no reflejen nada por apagados…de reflejos.
    Luego, llega segando por el camino de mayo lo que para junio son labores del campo y dejando para más tarde otras de siembra se van cortando los campos de aquellos que maduraron tantas veces. Hay siegas y seituras que se realizan por última vez y luego, luego los campos se olvidan al barbecho incierto de la tierra ya estéril.

    Para cuando quieran recordar que esa misma píldora les daba fuerzas, también aceleraba sus latidos y deseos que los conducía al más sublime de todos ellos; el eterno sueño efímero como resultado de la vida. Su vida, subida. Bajada en picado.
    Qué barrena.

    Un buen relato para un lugar desastrado.
    Salud y Libertad :)´

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