El día que pasó todo, nevó. Era raro que nevara ya que estábamos en Marzo, pero el tiempo es lo que tiene, que a veces se vuelve loco. Mi hermana que acababa de cumplir 7 años estaba muy contenta, y cuando vio que nevaba se puso a cantar y a correr por toda la casa. La verdad es que me hacía gracia verla tan feliz.
Mi padre desapareció de nuestra casa un día después de Reyes yo ya había cumplido 5 años, ya que cumplo los años el día 5 de Enero y mi hermana aún no había cumplido el año. Mi hermana hasta ese día no había dejado de llorar ni una sola noche, yo pensaba que por culpa de eso mi padre se fue y aunque a veces se lo decía no me lo creía. No creía que mi padre se hubiera ido, que nos hubiera dejado a mi hermana y a mi. Que nos hubiera dejado con nuestra madre, solos con ella.
Mi hermana el día que desapareció mi padre, dejó de llorar y no ha vuelto a hacerlo. No lloró, cuando empezó a andar y se dio con la esquina de una mesa y se hizo una herida, que tuvieron que darle puntos, no lloró, cuando intentando patinar se cayó y se rompió un brazo, no lloró, cuando en el colegio le robaron su “única” Barbie, no volvió a llorar nunca.
Mi padre y mi madre no dejaban de gritarse, nunca había silencio en casa, se gritaban se insultaban e incluso se pegaban. Intentaban que yo no lo viera, sobre todo mi padre, me decía que si oía gritos me quedara en mi cuarto y que no me preocupara que mamá y el estaban bien. Así que yo siempre estaba en mi cuarto. Los primeros 5 años de mi vida, viví en un sobresalto continuo, y los siguientes 7 echando de menos cada día a mi padre.
Mi padre jugaba conmigo, me cantaba canciones, me arropaba y se quedaba conmigo hasta que me dormía, a veces le pedía que me diera la mano y que no me la soltara hasta que me durmiera, hasta que un día, imagino que cansado de estar con la mano, me dijo que tenia que tener cuidado que a veces los gatos callejeros se meten por la ventana y se comen las manos de los niños. Desde entonces odio y temo a los gatos, sobre todo a los callejeros.
Mi madre el día que mi padre desapareció me dijo: “Tu padre nos ha dejado, ahora tú tendrás que cuidar de tu hermana” y eso fue todo, ya nunca volvimos a hablar de mi padre.
Mi hermana tardó en empezar a hablar, al menos tardó en empezar a comunicarse conmigo, porque yo la observaba cuando jugaba y daba la sensación de que hablaba con alguien. También tardó en andar, durante mucho tiempo se arrastraba con el culo, yo la intentaba poner de pie pero no podía con ella y nuestra madre casi nunca estaba en casa.
No sabíamos que hacia nuestra madre fuera de casa, a veces venía con un hombre, no siempre el mismo y nos mandaba a mi cuarto a los dos. Nos acostumbramos a pasar el día en mi cuarto, solo salíamos cuando teníamos hambre que yo iba a la cocina y hacía dos sándwiches de jamón york y queso, y los llevaba corriendo a mi cuarto. A pesar de que siempre la decía que se quedara a dormir conmigo ella siempre quería volver a su cuarto, porque decía que si no papá no iba a saber encontrarla. Siempre decía que papá la cuidaba y que todas las noches se quedaba con ella hasta que se dormía. Yo no la hacía mucho caso porque entendía que ella no le había conocido y que era normal que se imaginara cosas.
Siempre habíamos tenido regalos de reyes, aunque mi madre el día que se fue mi padre, me amenazó con no volver a tener ningún regalo para reyes ni para mi cumpleaños, que en mi caso eran dos regalos seguidos y eso me ponía muy feliz. No entendí que tendría que ver que mi padre se hubiera ido con que yo no volviera a tener regalo de reyes, si me lo traían los reyes magos, desde Oriente, y total ese año ya habían venido. El año siguiente lo entendí y a partir de ahí yo ya solo tuve un regalo…
Mi hermana siguió creyendo en los reyes hasta el día que pasó todo y vinieron esos tres hombres con mi madre y miraron a mi hermana como la miraron, al menos eso me contó después.
En el colegio yo empecé a ser el hijo de “la puta”, al principio no entendía porque las maestras me miraban con cierta pena, porque había niños que no querían jugar conmigo porque su madre se lo había prohibido, pero lo entendí rápido, entendí porque mi madre siempre estaba fuera de casa, y porque traía a hombres y nos obligaba a meternos en mi cuarto, pronto lo entendí todo, y lo acepte. Mi madre hacia eso para que tuviéramos juguetes, para que tuviéramos comida, mi madre trabajaba por nosotros, o al menos eso quise creer.
Mi hermana era mi mejor amiga, aunque nos llevábamos casi 5 años de edad, ella era muy lista y siempre me seguía en todos los juegos, me gustaba estar con ella, me gustaba hablar con ella, me gustaba que nunca llorara y me hacía gracia que hablará de nuestro padre como si de verdad le viera y hablara con el. Un día se lo comenté a mi madre, era uno de esos días que se había quedado en casa y nos hacia caso, mi madre se sobresaltó y se enfadó mucho, me dijo que no dijera tonterías, y que mi padre no podía venir por las noches a arroparla…
Llevábamos ya varios días en que la comida escaseaba, solo cenábamos y solo un sándwich, teníamos que quedarnos a comer en el comedor del colegio y no nos gustaba porque ahí los niños son más crueles, y a mi me preocupaba mi hermana, aunque estoy seguro que ya lo sabía pero a mi no me había dicho nada. Nuestra madre siempre estaba de mal humor pero ahora era insoportable, no nos dejaba poner la tele, solo podíamos estar en el cuarto y sin hacer ruido.
Dentro de su cuarto tenía un baúl con llave y a veces, yo creo que solo para fastidiar metía nuestros juguetes ahí dentro y cerraba con llave y se la llevaba con ella. Esos días eran los peores, veníamos del colegio y no estaban los juguetes, y entonces sabíamos que estaban ahí dentro pero no sabíamos porqué.
El día que pasó todo fue uno de esos días…llevábamos solos toda la tarde, estábamos viendo la tele y llegó mi madre con tres hombres. Mi madre me dijo “vete al cuarto” y yo le dije “¿Yo solo?” y mi madre dijo que si, y señalando a mi hermana dijo “Ella se queda” En ese momento miré a mi hermana que me estaba mirando con desesperación como suplicándome sin decir nada que no la dejara ahí.
Fui hacia ella la cogí de la mano y la llevé conmigo hacía mi cuarto, mi madre me soltó su mano con un golpe y me gritó que si no la había entendido. Uno de los tres hombres cogió a mi hermana por la cintura y la sentó encima de él. Mi madre me empujaba hacia mi cuarto y yo la empujaba a ella, gritándola “déjame” “no quiero”, otro de los hombres se acercó a mi madre y me pegó una patada en la cabeza, debí perder un poco la consciencia pero me desperté rápido, mi hermana gritaba, y mi madre y uno de los hombres se besaban… me levanté y fui corriendo hacia mi hermana, golpeé al hombre y el otro, el tercero, me cogió en el aire mientras me lanzaba contra la pared y a base de patadas me metió en el cuarto y cerro la puerta. Entre sueños oí muchos golpes, ruido, gritos y de repente silencio.
Me repuse e intenté abrir la puerta de mi cuarto, estaba atrancada por algo, no podía abrirla, empuje y empuje con todas mis fuerzas durante mucho rato, mientras gritaba a mi hermana, a mi madre, ya gritaba solo al aire, porque nadie me contestaba, no podía abrir la puerta, me asomé a la ventana y grité hasta que me oyeron y les pedí que llamaran a la policía que algo había pasado en mi casa… seguí gritando a mi hermana, pero no contestó…me la imaginé muerta al otro lado de la puerta, o aún peor que los hombres se la habían llevado.
Oí a la policía gritar en la puerta de casa, llamar a mi madre y finalmente tirar la puerta y entrar, gritaban y de repente silencio, yo empecé de nuevo a gritar…”Estoy aquí, estoy aquí” “sáquenme”, noté como movían algo y abrieron la puerta de mi cuarto. Un policía me abrazó y no me dejaba salir de mi cuarto, le empujé…gritando “¿Y mi hermana? Y salí, y ahí estaba ella, de pié, en silencio, sin llorar y rodeada de muertos, de sangre, los muebles destrozados.
Los tres hombres estaban muertos degollados y mi madre aparentemente no tenía ninguna herida, luego nos dijeron que había muerto de un infarto. Abracé a mi hermana y le pregunté si la habían hecho algo, ella me contestó que no, y que había sido papá el que había hecho eso, y que le había devuelto a su Barbie, que la tenia en la mano.
Y siguió diciendo eso durante muchos días, nadie entendía que había pasado, la puerta estaba cerrada con llave por dentro, todos los que estábamos en la casa antes seguíamos ahí, yo estaba encerrado en un cuarto y una niña tan pequeña no podía haber hecho eso, además no encontraban el cuchillo con el que los tres hombres habían sido degollados…
Yo le conté a la policía que mi hermana decía que había sido mi padre y que mi padre se fué de casa cuando mi hermana era un bebé y que no habíamos vuelto a saber de él. Le empezaron a buscar por todas partes, ya que era nuestro familiar más cercano y los dos éramos menores. Mientras aparecía mi padre mi hermana y yo fuimos alojados en una casa de acogida con otros 4 niños, yo era el mayor de todos y como tal empecé a actuar. La policía seguía viniendo con regularidad, y un día por fin me dijeron que habían encontrado a mi padre.
Cuando mi padre vivía en casa, él y mi madre no dejaban de gritarse, así día tras día, era tan continuo que mi padre le dijo a una vecina que se quedara conmigo. Mi hermana aún no había nacido y yo me iba a casa de la vecina casi todos los días. Tenía tanta relación con ella que pensaba que era mi abuela y la llamaba “yaya”, y creo que a ella le gustaba. Me encantaba ir a su casa porque tenía un arcón congelador muy grande y siempre me daba polos, estaba lleno de polos, helados, pollos, una vez hasta me enseño la cabeza de un cerdo. La “yaya” me contaba historias de miedo y me hacía cosquillas, a veces hasta me quedaba allí dormido y por la mañana venía mi padre a buscarme. Un día la yaya se murió, eso me dijo mi padre y ya no volví a verla.
Parece ser que la casa de la yaya la pagaba mi madre y que en esa casa seguía el arcón y que en ese arcón estaban la yaya y mi padre, y un cuchillo jamonero muy afilado en la mano de mi padre con sangre. Según me contó la policía mi padre era un atracador muy buscado, había robado hasta bancos y había desaparecido hacía siete años. Parece ser que mi madre le mató, y que antes había matado a la yaya porque amenazó con ir a la policía a denunciar mi situación. Pero aún se seguía sin saber como una niña de 7 años podía haber matado a tres hombres y luego meter el cuchillo en el arcón congelador de la casa de al lado.
Y fue entonces cuando supe que el día que pasó todo también estuvo mi padre en casa.
- Localizaciones:
Palacio en Bélgica.
Palacio en Francia.
Colonia Puerto de Contreras, Cuenca, España.
- Fotos:
Mario Alfonso
- Historia
Eva Saez, @zenalmor