La Corona, con el fin de asegurar el abastecimiento al Alcázar, entre los años 1614 y 1619 construyó el Viaje de Amaniel, también conocido como Viaje de Palacio.
Este viaje se dividida en dos ramales, uno que atravesaba la Dehesa de la Villa y otro que discurría por la llamada Huerta del Obispo cercana a la actual calle de Juan XXIII.
En 2005 gracias a las obras para la creación de un parque se descubrieron restos del Viaje de Amaniel.
Así se muestran las primeras excavaciones.
Los vecinos y asociaciones del barrio pidieron que los restos hallados fueran conservados y expuestos al público de forma que sirvieran para explicar lo que significaron los Viajes de Agua en la Historia de Madrid.
Por fin, dichos restos fueron integrados en el nuevo parque, a la altura del Paseo de Juan XXIII nº 46. Pasaron los años y el abandono ha hecho mella.
Este es el estado actual.